Aquí tenemos una interesante propuesta para disfrutar de una cocina con inquietudes. Carta con platos que sorprenden por su atrevimiento y frescura, como el arroz con sepia bruta y morcilla de la foto que probé en agosto del 2021, aunque ahora no está disponible. O un arroz  de pulpo en tempura o la fideuà de carrilleras al curry, estos en carta actualmente. Espero que se trate de algo cíclico y que vayan rotando estás sugerencias para hacer más dinámica y variada la oferta. Es razonable que con el tiempo el restaurante se vaya adaptando a los gustos de la clientela habitual, aunque sorprenderles alguna vez con planteamientos menos ortodoxos es prueba de una seguridad en lo que se hace y muestra de que se evoluciona y se avanza.

Además de la sala en el interior del local tienen una atractiva terraza que, sobre todo por las noches, es muy acogedora y agradable. Yo comí en ella la vez anterior, a mediodía, y estuve muy a gusto.

El interior es cómodo, amplio y luminoso. Como estos días resultaron muy calurosos el comedor estaba lleno, ya que lo tienen climatizado.

Las mesas están montadas con sencillez y buen gusto. Aunque el tamaño de la servilleta resulta escaso.

Con el pan se nota que se hay interés por que sea de calidad, ya que han recurrido a una hogaza de masa madre y la sirven un poco tostada. Se acompaña de aceite de oliva virgen extra. En nuestro caso de la marca Belluga, elaborado con aceituna serrana de la Sierra de Espadán.

Se ofrece la opción de tomar tomate rallado y un excelente all i oli casero de romero (4,50 €).

La carta tiene mucho donde elegir, sobre todo arroces, carnes y un buen surtido de entrantes. Nosotros nos inclinamos por el menú de tapas que consta de cuatro presentaciones y un postre (23 €). Pero no nos queríamos quedar sin probar el Steak Tartar de ternera con tuétano preparado en la mesa al que le otorgaron el “Tercer Premio al mejor steak tartar” en el Concurso Internacional Meet Carnival 2019.

Aquí tenéis el video de la preparación, estaba muy rico.

Éste es el resultado final. Nos dieron la opción de probarlo antes de su conclusión para ajustar a nuestro gusto el picante y los otros sabores. ¡Buena pinta, eh! ¡Y magnífico precio! 20€

De las tapas nos sirvieron las siguientes elaboraciones, las cuales figuran especificadas con detalle en el menú de la carta:

Empezamos con un esgarrat a la llama, con capellà, aceite de ajo y romero, sobre focaccia artesana de aceituna negra. Rico, rico, aunque le sobraban algunas semillas del pimiento.

El siguiente pase consistía en una croqueta a elegir entre jamón o setas. Cada uno tomó la que le apetecía, ambas estaban muy buenas. En la mía había jamón en cantidad. Un buen rebozado y una consistencia cremosa en su interior. Notable alto.

La tercera tapa eran las denominadas "bravísimas". Bien elaboradas, bien aderezadas y con un acompañamiento en forma de salsas alrededor, para que tú te dosifiques el picante. Buena idea, así todos las pueden comer. Aunque, como he dicho muchas veces, las bravas tienen que picar.

La última de las tapas fue esta coca tradicional con capellà a la llama y cebolla. La masa estaba muy buena.

Al ser varios pudimos elegir diferentes postres, uno de ellos eran estas "Texturas de chocolate: Espuma de chocolate con crumble de galleta oreo, cremoso de chocolate y helado de chocolate". Sabroso y apetecible.

El otro postre del menú era esta "Mini torrija de pan brioche y helado de fruta de la pasión". También exquisito.

El primer vino que tomamos fue este Viña Cubillo 2015, de la Bodega López de Heredia, perteneciente a la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa Rioja). Está elaborado con las variedades Tempranillo en un 65%, Garnacha 25%, Graciano 5% y Mazuelo 5%. En boca se percibe fino, sabroso y persistente. En nariz predominan los aromas de frutos rojos y regaliz. Una delicia.

A continuación tomamos este Dominio de Atauta 2019, de la bodega del mismo nombre en la D.O. Ribera del Duero, monovarietal de Tinto Fino procedente de cepas prefiloxéricas del Valle de Atauta (Soria). Maduró durante 16 meses en barricas de roble francés, el 15% de ellas nuevas, seguidas de un par de meses en tinas de roble para dejar reposar el vino antes de ser embotellado. Aroma elegante, complejo, especiado, frutas rojas y negras. En boca sabroso, fruta madura, mineral, largo, taninos finos. Espectacular. Fue una buena recomendación de la sumiller Sonia Lluch. 

Después de lo dicho creo que no hace falta añadir mucho más. Estamos ante una propuesta interesante, con matices muy claros de cocina innovadora, incluso atrevida en algún momento, lo que resulta muy prometedor para los que nos gusta que nos sorprendan. A seguir.