Cuatro vinos de terruño

por paco
Cata vino vino tinto Utiel-Requena DO Valencia
Día 7 de abril, en las instalaciones de Bodegas Santander-Beal's, en la calle Alzira 15, nos encontramos ante una curiosa presentación de cuatro vinos, de cuatro bodegas distintas, con un único común denominador, el enólogo. Estamos hablando de Diego Fernández Pons, enólogo que elabora vinos en diferentes bodegas, entre los que hoy nos presenta, esta el "Solo" de Bodegas Aranleón, de Los Marcos (Utiel-Requena), "Megala" de Bodegas Enguera, Trilogía de Bodegas Los Frailes de Fontanars y Moma, de la misma bodega. Todos estos vinos eran de la añada 2006. 070420092010.jpg 070420092008.jpg 070420092011.jpg 070420092009.jpg La idea de Diego al presentar los vinos era que entendiéramos el concepto de terruño en la cata de los tres primeros. El efecto terruño en un vino está determinado por el microclima del lugar donde crece la uva, este puede estar condicionado únicamente por la ubicación en una ladera de la montaña, por la altura o por ambas circunstancias. El suelo es otro de los elementos básicos del efecto terruño, En este sentido nos explico que un suelo arcilloso suele dar vinos menos concentrados pero mas largos y que un suelo arenoso da vinos más concentrados y menos largos. Finalmente el tercer elemento básico del efecto terruño es la genética, según la variedad de la planta y el clon, la fruta que se obtiene tendrá unas determinadas características. El primer vino que catamos fue Solo, elaborado con bobal, tempranillo y syrah, cultivada en suelo de arena y piedra. Por la situación es el viñedo de característica más atlántica de los terruños de Valencia. El vino envejeció entre 8 y 14 meses en barricas de roble francés y húngaro. De color cereza, muestra unos aromas a tostados, fruta madura y especias, típicas de los vinos de carácter atlántico. En la boca es goloso, equilibrado, armónico y largo. Después catamos Megala, elaborado con uva syrah, en un 60%, cultivada en la sierra del Caroch, en suelo de cantos rodados del antiguo lecho de un río, y con uva monastrell, en un 40%, cultivada en suelos de arcilla blanca de la zona de Fontanars. Envejecido en barricas de roble francés y húngaro entre 12 y 14 meses. El color del vino es cereza, con aromas a flores y fruta madura que recuerda a la mermelada. En la boca es dulce en la entrada, equilibrado y largo. En tercer lugar catamos Trilogía, elaborado con las variedades monastrell, cabernet sauvignon, cabernet franc y tempranillo, cultivadas todas ellas en suelos arenosos principalmente. Con una crianza en barricas de roble francés y húngaro durante 12 meses. El vino es de color más intenso que los anteriores, con un tono picota, debido al aporte de la cabernet sauvignon que tiene una piel con mucha materia colorante. Es un vino floral en nariz, con un aroma de pan tostado y fruta madura. En la boca es potente y tánico, pero agradable. Tiene un posgusto largo. De estos vinos nos destacó el carácter especiado del Solo, por su ubicación en un microclima de características atlánticas, el carácter de fruta muy madura del Megala y el carácter potente y concentrado del Trilogía. En último lugar, como fuera de concurso por tratarse de un vino que no está en la línea de los anteriores, catamos Moma. Un proyecto nuevo de Bodegas Los Frailes, en el que se está utilizando una nueva variedad la marselan, obtenida de un cruce entre la cabernet sauvignon y la garnacha tinta, que aúna las características de estas dos variedades. La proporción de los vinos se hace al 50% de cada variedad, envejecido en barricas de roble francés y húngaro durante 14 meses. Es un vino de color picota, con capa muy alta, con aromas de tostado de la barrica, fruta y un tono vegetal, aportado por el cabernet sauvignon. En la boca resulta largo, dulce, concentrado y con notas minerales. Un vino muy conseguido. Ha sido una agradable sesión con una exposición muy didáctica por parte de Diego, que nos invitó a visitar las bodegas en la próxima vendimia, todo gracias a la organización de Bodegas Santander.

Dejar un comentario