Bodega: Marqués de Murrieta D.O./Zona: Rioja Tipo de vino: Blanco de reserva Graduación 13,5º Varietales: Viura Crianza: 18 meses en barrica de roble americano Precio aproximado: entre 14 y 15 euros Fecha cata: 6 marzo de 2009 La botella me resultó original, elegante y atractiva. Es algo más ancha que la borgoña clásica y lleva grabado en el cristal un escudo. La etiqueta sencilla y bien diseñada, con información práctica suficiente en la contraetiqueta. Me gustó la presentación. De color amarillo limón muy intenso, sin llegar a dorado. Con reflejos metálicos acerados. Muy limpio y brillante, nada indicaba su edad, que es superior a los cinco años. A copa parada el vino muestra los aromas propios de la crianza, maderas finas y tostados suaves. Tras agitar se potencian los aromas descritos y empiezan a notarse recuerdo de fruta de hueso, especias, lácteos, corteza de limón y almendras tiernas En evolución, evitando el exceso de agitación En la boca el ataque inicial es franco, untuoso, redondo y equilibrado, con una acidez presente de buena estructura, que lo hace sentir fresco y joven. Por vía retronasal vuelven a aparecer los aromas de maderas nobles y almendras amargas. Tiene una persistencia medio larga, lo que permite disfrutarlo algunos momentos después de tragarlo. En conclusión un vino que me ha sorprendido, dentro de los vinos blancos con crianza no había encontrado uno que me gustase tanto como éste, aunque he de reconocer que no he probado muchos, porque alguna vez me han proporcionado una experiencia desagradable al encontrarme blancos maderizados sin rastros de fruta y frescura. Este me ha parecido muy bueno. Lo probé en un restaurante y me llevé la botella, me había sobrado casi media, para hacer la cata en casa. Solo me falta encontrar dónde lo venden. Es una buena actualización de la tradición de los vinos blancos con crianza típica de La Rioja.