Desde 1948, la familia Rausell ha mantenido este establecimiento abierto en Valencia, estableciendo una reputación impecable basada en la calidad excepcional de sus productos. Al entrar, uno puede observar en una vitrina fresca las virtudes de la materia prima utilizada. La barra es la opción ideal para tomar algo rápido y delicioso, mientras que cerca hay mesas para aquellos que deseen disfrutar de una comida o aperitivo más pausado en el mismo bar. Además, en el interior, se ofrece la posibilidad de disfrutar de una comida cómoda y relajada en el restaurante. Las emociones intensas que se experimentan son el resultado de una larga tradición familiar dedicada a algo tan simple y complejo a la vez como servir comida. Lo hacen sin concesiones ni atajos, sin lugar para lo fácil o engañoso. Es por eso que este restaurante es predecible: las expectativas se cumplen gracias al uso de ingredientes excepcionales y técnicas precisas. En resumen, es una muestra de profesionalidad.