Domingo por la noche, día de descanso para mucha gente, también para el personal de muchos restaurantes, que reconozco que lo tienen muy merecido. Afortunadamente algunos se organizan y dan servicio todos los días de la semana. Ese es el caso de este restaurante, ubicado en la plaza de la Reina, número 19, teléfono 963922125.
No es un local muy grande, pero tiene comedor en la planta baja y en un entresuelo. Decoración moderna con predominio de los colores rojo y negro. Luz ambiente moderada pero suficiente. El comedor bajo tiene una cristalera que permite ver toda la calle y a los comensales también desde el exterior, sobre todo de noche, de día será diferente.
Las mesas, justas de tamaño, están vestidas con caminos de mesa, las sillas son cómodas, al menos no me sentí incómodo. La vajilla amplia, en exceso para el tamaño de las mesas, y las copas indefinidas, no sé si son de vidrio bueno o de cristal mediocre, ya que para ser de vidrio pesaban poco y eran bastante finas y para ser de cristal pesan mucho y no dan la media de calidad. Creo que me inclino por pensar que son de cristal pero de baja calidad, sin casi plomo y poca sonoridad, no obstante la forma es aceptable.
La carta de vinos nos encantó, hasta tal punto que pedimos que nos vendiesen un ejemplar, nos lo regalaron sin problemas ni suspicacias. Está estructurada como casi todas, blancos, rosados, cavas y tintos, dentro de cada unos de ellos por denominaciones de origen, pero con información adicional, indicando si el vino ha estado en barrica, cuanto tiempo y las variedades de uva que lleva. Nos dijeron que aún pensaban mejorar la información. Bien por ellos.
La variedad de vinos es bastante amplia, con buena representación de las denominaciones de origen españolas más conocidas y con vinos de Argentina y California. Guardados en armarios cava, lo que garantiza su perfecta conservación y servicio a temperatura óptima.
Pedimos un Pago del Vicario 50/50, pero dimos en la diana, era el único que no les quedaba, entonces nos inclinamos por el argentino "Finca La Linda" un malbec del 2006 que estaba realmente bueno, bien estructurado, con recuerdos de aromas a fruta, tostados, lácteos y especias. Amable en la boca, suave, redondo y aterciopelado. Con unos taninos muy dulces y una persistencia media en el paladar. Color cereza y capa media. El precio en carta era de 18 euros.
La carta de comida bien surtida, con propuestas clásicas y otras originales, sobre todo las entradas, de donde elegimos nosotros un pastel de puerros con roquefort, muy suave y sabroso, y unos pimientos del piquillo rellenos de langostinos y erizo, este plato no era tal como está anunciado, más bien iba relleno de surimi, la popular y conocida carne de cangrejo, además predominaba desafortunadamente el rebozado a base de pan y huevo.
El plato principal fue solomillo de ciervo con algo así como aromas de violeta, no recuerdo bien, pero estaba exquisito, lo mejor de la noche. Servido al punto que habíamos pedido, la lástima es que venia frío y tuvimos que pedir que lo volvieran a calentar, pero no perdió calidad. El problema de las carnes frías es por servirlas en platos que no se han calentado previamente y, sobre todo en invierno, enfrían la carne nada más emplatarla. Deberían tener más cuidado con este detalle, pues una carne fría no vale nada. Una pequeña salamandra resuelve este problema.
El postre fue un original sorbete de caipirinha, también lo había de mojito. A mí me pareció que más bien era un sorbete de piña, pero no vamos a discutir los nombres, aunque resulten a veces engañosos, ya sabemos que la creatividad y el toque personal es algo muy libre de ejercer. Como se ve en el enlace y según mis conocimientos, este cóctel se elabora con lima, cachaça y azúcar moreno.
El café, muy bueno. Una especialidad de cafés Valiente y servido en una taza muy bien decorada.
Sitio recomendable, aunque imagino que a mediodía habrá muchos turistas.