
Pues sí, me encanta venir a este restaurante y debería frecuentarlo con más asiduidad, pero las circunstancias mandan siempre y poco más se puede hacer. Pero cuando vengo lo disfruto a tope. Su cocina es creativa y de producto, con lo cual sabes que cada plato va a ser una acertada sorpresa. Puedes comer a la carta o elegir entre alguno de los cuatro menús que ofrecen. No te vas a equivocar nunca. Yo elegí el tercero en extensión y creo que fue un acierto. La atención es selecta y muy cordial. Si el día acompaña comer en la terraza es muy agradable, a pesar del tráfico, que no es mucho.

El pan que te sirven es de masa madre y lo hacen ellos mismos en el restaurante. Lo acompañan de una degustación de aceite de la marca "5 oliveres", un aceite de oliva virgen extra, elaborado en la Vall d'Alcalà, al norte de la provincia de Alicante, con las variedades Villalonga, Beniaia y Blanqueta. Están exquisitas ambas cosas.

Empieza el festival con este aperitivo, que consiste en una coca de aceite con espencat (la escalivada en València), finas fibras de capellán en lo alto y pil pil del mismo pescado. Maravilloso.

Continúa el menú con este guiso de garbanzos, morcilla de Burgos y cecina. El ambiente ya acompaña para estos platos, se disfrutan con placer.

Llega la ostra valenciana con zumo de tomate, fino de Jerez y alga codium. En realidad se trata de los ingredientes de un Bloody Mary en el que se ha sustituido el vodka por un vino generoso, un acierto fantástico.

El siguiente plato es bonito con puerros, lleva una crema de puerros, puerro frito, puerro asado y avellanas. Todo un catálogo de presentaciones de esta verdura. Exquisito.

Seguimos con río y montaña, pastel de trucha en el fondo, lomo de trucha, setas (rebozuelo y trompeta de la muerte), hueva de trucha y beurre blanc de eneldo. Un combinado espectacular.

Tres texturas diferentes, las dos primeras muy armónicas y la tercera rompedora. Crema de pimientos del piquillo, bacalao y pasta crujiente. Seductor.

Panceta albardada con col, coles de Bruselas, crema de lentejas y panceta frita. Armonías y contrastes en un plato que convence.

Este plato permanece inalterable desde hace mucho, señal de la buena aceptación que tiene y es muy merecida. Se trata de una merluza sobre una patata chafada, con un pil pil de merluza y acompañado todo de un jugo de pimientos en salmuera. Aquí hay sabores que se complementan y otros que se confrontan para crear un agradable contraste en el paladar. Exquisita elaboración.

Llegamos al final de la parte salada con una carne clásica del restaurante, pero es que vale la pena mantenerla en la carta, se trata de Vaca de la Sierra de la Demanda, una carne de alta calidad que se cría en libertad en esa Reserva Natural, de cuyos pastos se alimentan. Viene acompañada de tres tipos de boniato, uno como pastel amarillo, otro blanco crujiente y el tercero morado en crema.

El primer postre es sorprendente, no te dicen lo que es para que intentes averiguarlo, yo te lo desvelo, se trata de helado y crema de coliflor, acompañada de una crema de mango y vainilla. Muy bueno y original.

Hay un segundo postre en el menú que se compone de pera, chocolates y Pedro Ximénez. Me encantó.

El vino escogido para acompañar la comida fue este magnífico vino valenciano de la zona de Alforins, elaborado por Javi Revert con la variedad Arcos. Después de las fermentaciones alcohólica y maloláctica se cría en fudre durante 12 meses, para posteriormente afinarlo durante 6 meses en huevo de hormigón. Las impresiones que me produjo ya están plasmadas en la anterior reseña. Lo disfruté mucho.

Para acompañar al plato de la merluza pedí una copa de blanco y me ofrecieron este magnífico reserva de la Rioja, de la Bodega Óscar Tobía. Está elaborado con las variedades autóctonas Viura, Malvasía, Maturana blanca y Tempranillo blanco. Es un vino con una elevada intensidad. Con notas de flor blanca, piña madura, frutas cítricas ensambladas con aromas de especias y vainilla. En boca se muestra muy voluminoso y redondo, fresco, con una magnífica acidez que lo hace muy refrescante. Untuoso. Posee una retronasal perfumada a cítricos. Final muy persistente y largo. Un espectáculo.

Hasta pronto.