Begoña Rodrigo ha demostrado una fuerza de voluntad y una determinación infatigables, ha estado siempre en primera línea de la gastronomía valenciana, aunque alguna guía roja se resistió a reconocerle su valía hasta no hace mucho. Su nueva ubicación en el palacete de la calle Pedro III le ha dado nuevo valor a su trabajo. Su terraza es muy deseada a cualquier hora del día. Tiene varios menús, entre los que también hay alguno vegetariano. Su evolución ha hecho que su obra sea muy atractiva, más acabada y equilibrada. Imaginativa, de calidad y sabrosa. Esto último es lo que a mí más me importa.