Restaurante Sangonereta, exaltación del sabor (Cerrado)

por paco
Restaurantes Valencia

Hoy tocaba. Diversas circunstancias personales se combinaron para poder acudir a uno de mis preferidos. Después de mucho tiempo planificándolo, al final fue "pensat i fet"

Sangonereta está en el número 31 de la calle Sorni, 46004 de Valencia. Teléfono 963738170.

crema de calabaza con foie copa de bacalao dos texturas espuma de ajoarriero lubina con manita y setas cochinillo con allioli de membrillo paletilla de gamo Espuma de azahar con falso caviar ravioli de mango y maracuyá monastrell 100% Juan Gil DO Jumilla

El local muy acogedor, con detalles que hacen más confortable la estancia, como el diseño de uno de los techos para evitar las reverberaciones, estilo sala de conciertos. La temperatura ambiente y la luz adecuadas, música que acompaña en un segundo término, colores neutros en las paredes y la decoración, mesas amplias y bien equipadas, hacen que sea un  placer comer allí.

La carta es muy creativa y variada, además siempre hay algunos platos nuevos que están preparando y que te los cantan por si te apetece probarlos, vale la pena decantarse por ellos, al tratarse de novedades que probablemente se incorporen a la carta.

Los vinos, bien escogidos, hay de casi todas las denominaciones españolas, hay precios para todos los gustos. Nosotros nos decantamos por un crianza de Juan Gil, de la denominación Jumilla. 19 euros más IVA. Estaba estupendo. La bodega de Hijos de Juan Gil se ha convertido en un referente en su zona, tienen mucho que ver con dos grandes vinos de Jumilla, El Nido y Clio.

La monastrell se está transformando. Bueno, mejor dicho, los bodegueros están consiguiendo de ella que sea una uva con un gran potencial, tanto en Alicante, como en Jumilla y la zona valenciana de Fontanars, seguro que me dejo alguna más. Cada día me gustan más los vinos de monastrell. Este Juan Gil tenía un color espléndido, rojo picota muy subido, capa alta, aromas muy complejos, frutas maduras, pimienta y vainilla, regaliz, torrefactos  y al final mentolados y algo de toffe. En la boca sedoso y muy redondo, pero manteniendo su personalidad de vino mediterráneo, mostrando sus taninos de manera elegante.

Para el aperitivo pedimos unas copas de manzanilla, nos ofrecieron de la marca Fernando de Castilla, no la conocíamos y decidimos probarla, hubo diversidad de opiniones. Al principio pensamos que estaba oxidada, luego al probarla no lo parecía. En la boca se mostraba muy suave, sin el nervio de la manzanilla joven. No era la manzanilla "De color pajizo y aroma punzante",  como la define la propia bodega. A mí no me convenció, pero sí tuvo alguna aceptación. Las aceitunas que la acompañaron fueron devoradas literalmente, estaban exquisitas. Aceitunas negras sabrosas, con orégano y aceite. No quedó ni una.

Para comer nos pedimos copa de bacalao en dos texturas. En el fondo de la copa bacalao confitado, con una crema de espinacas encima y una espuma de ajo arriero en la superficie, con unas ralladuras de trufa. Estaba exquisita.

Los platos principales fueron variados, cada uno pidió uno diferente. Un cochinillo confitado, con su corteza tostada, con all i oli de membrillo y cebolla confitada, muy bueno y sabroso. Una lubina "del Sorro", que llevaba manita de cerdo deshuesada y embutida de setas, acompañada de una crema de setas, espléndida y hermosa, una ración de verdad. El tercero era gamo estofado, carne de sabor delicado que se deshacía en la boca. Acompañado de frutas rojas del bosque.

Los postres fueron raviolis de mango y maracuyá, con un helado de almendras garrapiñadas y crema de yogur. Muy bueno, refrescante y contundente a la vez. El otro postre fue un "falso caviar", con una espuma de azahar, este fue el plato que menos nos dijo. No lo encontramos al nivel de todo lo demás o no fuimos capaces de entenderlo. Es difícil mantener un nivel tan alto y homogéneo durante toda una cena.

Un placer cenar en Sangonereta, calidad y creatividad muy por encima de la media.

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